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ASAMBLEA DE LA CAJA DE BIOQUÍMICOS
BONAERENSES EN LA CIUDAD DE TANDIL
La Asamblea General Ordinaria de la Caja
de Previsión Social para Bioquímicos de la Provincia de Buenos Aires, proclamó el
pasado 20 de mayo de 2023, a las nuevas autoridades que habrán de conducir su
destino institucional durante el período 2023-2027. La reunión se celebró en la
ciudad de Tandil, participando numerosos afiliados provenientes de distintos
distritos del territorio bonaerense.
El acto dio comienzo a las 9,45 hs., con
la presidencia del titular de la Caja, Dr. Mario Héctor Dicroce, oportunidad en
que fueron considerados y aprobados el Informe de la Comisión Fiscalizadora, la
Memoria, el Balance y Estados Contables, así como la constitución del Fondo de
Reserva correspondiente al ejercicio 1/1/2022 al 31/12/2022 y consideración
de
El
discurso pronunciado por la Tesorera, doctora Silvia Balconi
El trabajo como actividad
humana, puede considerarse tan antiguo como el hombre. Acompañó a las primeras
organizaciones sociales humanas en su evolución y desarrollo, pero como
concepto, ha cambiado a lo largo de la historia. Desde el punto de vista
etimológico, trabajar, proviene de tripalium,
que en latín significa "tres palos", y que hace referencia a una atadura
compuesta por tres palos cruzados donde los prisioneros, en el siglo VI, eran
atados e inmovilizados mientras se los azotaba. El vocablo derivó de tripalium
a tripaliare, que significa "torturar" y de allí a trabajo, como idea de
esfuerzo, sufrimiento y sacrificio.
En la antigüedad el trabajo
humano se caracterizaba por atender solamente elementales niveles de
subsistencia, en la que cada familia procuraba satisfacer sus propias
necesidades. La organización social estaba compuesta por clanes y tribus donde
la caza, la pesca, y la recolección de frutos que espontáneamente se producían,
constituían la forma de trabajar. Antes de la edad media, el trabajo estaba
reservado a los esclavos y los campesinos, a pesar de constituir una actividad
productiva, eran actividades no deseadas.
La Edad Media trajo consigo
un cambio relevante, dándole un valor moral a las actividades relacionadas con
el trabajo físico y subvalorando las actividades que no implicaban esfuerzo o
sacrificio, tales como el comercio y la gobernanza.
Con el declive del modelo
económico denominado feudalismo, comprendido entre el siglo XII y el siglo XV, a causa de la producción más
eficiente de algunos bienes en las ciudades, se producen grandes migraciones de
personas del campo hacia las nuevas y florecientes ciudades, transformando el
concepto de riqueza antes concebido a partir de la posesión de tierras, hacia
la del dinero obtenido a través de dos fuentes principales: la primera era el
comercio, y la segunda los salarios pagados por el trabajo en las fábricas.
En las zonas donde se
desarrolló con comercio pujante, las asociaciones o agremiaciones de artesanos
tomaron tanta fuerza que llegaron a intervenir en los gobiernos para defender
sus propios intereses, convirtiéndose así en una nueva clase social acaudalada
e influyente, pero sobre todo que comenzó a gozar de reconocimiento en las
nuevas pequeñas sociedades urbanas, convirtiéndose en el preámbulo de la
producción capitalista sostenida por tres principios: la propiedad privada, el
trabajo asalariado y la aparición de los primeros mercados.
El concepto de trabajo antes
del siglo XX, se refirió a la simple producción de objetos o bienes a través de
la transformación de la naturaleza para satisfacer de las necesidades humanas.
Sin embargo, después de este siglo, apareció un nuevo concepto de producción
que no se limitó a la producción de bienes materiales, sino a una producción
inmaterial que incluye servicios tales como salud y educación. Otro cambio relevante
para destacar, es el trabajo como actividad intelectual, y no necesariamente
que implique un desgaste físico únicamente.
La dinámica actual del
trabajo humano, no solo es una actividad que despliega el esfuerzo personal,
sino también la expresión de un saber hacer acumulado, de la habilidad
individual, del aprendizaje colectivo en el rabajo, que se pone de manifiesto
en la autonomía, responsabilidad y capacidad de adaptación a nuevas demandas
laborales. El trabajo implica una actividad biológica que no podrá ser nunca
eliminable, a pesar de la automatización y que no está exenta de fallas o
fracasos propios de la condición humana.
Las denominadas "fábricas
oscuras", en las que máquinas inteligentes y brazos robóticas permiten hacer
funcionar las 24 horas la cadena de producción, han obligado a China a
reconvertir alrededor de 100.000 puestos de trabajo por año, con la idea
central de que es más gratificante cambiar de actividad, que realizar una tarea
repetitiva y monótona.
La actividad intelectual y
profesional del bioquímico en el laboratorio es irremplazable e indispensable,
además ha logrado adaptarse continuamente a escenarios cambiantes. Muchas veces
ha sucedido que los cambios se imponen sin avisos o advertencias previas,
simplemente suceden por demandas preexistentes, adelantos tecnológicos o
cuestiones económicas y es necesario afrontarlos, no es posible ignorarlos.
En Argentina durante la
década del noventa, tal vez favorecida por el tipo de cambio y la estabilidad
económica, se produjo la mayor adquisición de equipos de laboratorio que
permitieron la automatización de diferentes áreas de la bioquímica.
Inmediatamente se plantearon discusiones acerca de si los profesionales tenían
más tiempo libre, o si eran necesarios tantos profesionales para realizar la
misma tarea. Probablemente, sin un análisis muy especializado, parecería que
efectivamente sobraba personal, sin embargo, llevó tiempo y una nueva fórmula
de cálculo de las unidades de trabajo, para justificar la cantidad de personal
necesario para afrontar la rutina.
Transcurridos muchos años
después de esas discusiones, la cantidad de analitos que se pueden determinar
en un laboratorio es significativamente mayor, son realizadas cada vez por
profesionales más especializados y el impacto de los resultados obtenidos, es
un indicador de calidad en el sistema de atención de la salud. Muchas
determinaciones bioquímicas forman parte de los algoritmos de despistaje de
enfermedades en humanos, junto a otros estudios complementarios y exámenes médicos.
La incorporación de alta
tecnología a los laboratorios, ha aumentado los costos de instalación y
funcionamiento, a la vez que ha aumentado la cantidad de colegas que trabajan
en relación de dependencia. La actividad profesional bioquímica en la Argentina,
ha pasado de ser netamente independiente a una mayoría asalariada, al igual que
ha pasado con los médicos, farmacéuticos y otros actores del sistema de salud.
Actualmente nuestra caja de
previsión contabiliza un 39% de profesionales en el ámbito privado que trabajan
en relación de dependencia. Es marcada la diferencia de ingresos entre ambos
grupos, pero también son enormes las responsabilidades, desafíos y riesgos que
hay que afrontar para seguir siendo independientes. Este factor es fundamental
al momento de ajustar los aportes previsionales para mantener el poder
adquisitivo de las prestaciones que otorga nuestra Caja, de modo tal que los
matriculados en actividad, puedan pagarlo en tiempo y forma sin generar el
aumento de la morosidad.
El trabajo ocupa un rol
básico y central en la vida de los seres humanos, por la cantidad de tiempo que
dedicamos a trabajar, a formarnos para el trabajo, porque permite la
satisfacción de necesidades económicas, psicosociales y por su interrelación
con otras áreas de la vida.
El escenario de la pandemia
estuvo marcado por la falta de disponibilidad de materias primas, insumos y
equipamiento, unido a un incremento sin precedentes de los costos de la
energía, el transporte, laborales y la alta presión tributaria, comprometiendo
muchas veces la viabilidad de los contratos privados, el acceso de
profesionales y pacientes a la tecnología o productos sanitarios que son
fundamentales para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades.
Los ejes para empezar a
transformar el sistema sanitario argentino hacia un modelo más eficiente,
inteligente y totalmente digital, dependen también y en gran medida, de
nosotros. Tendremos que participar activamente en cada foro o ámbito de
discusión, donde se requieran datos específicos de nuestra actividad.
Michael Eugene Porter, es un
académico de la Universidad de Harvard, conocido por sus teorías económicas. Se
destaca en temas de estrategia de empresas, consultoría y aplicación de la
competitividad empresarial a la solución de problemas sociales, de medio
ambiente y de salud. Publicó en 1985 un libro llamado "ventaja competitiva"
donde desarrolla el concepto de "compra
basada en valor", que hace referencia a la necesidad de basar la
gestión sanitaria, en la generación del mayor valor posible para el paciente o
usuario de los sistemas de salud. El concepto permite invertir de manera
sustentable, con decisiones basadas en datos concretos, atendiendo nuevas
demandas y conformidades que se registran de forma dinámica.
Las personas que usan el
sistema, los efectores y los financiadores, están obligados a trabajar en un
marco de racionalidad para la toma de decisiones, cuando se necesita comprar
equipamiento e insumos sanitarios o pagar aranceles profesionales dignos,
necesitamos contar con un capital humano bien formado, que desee permanecer en
la tarea y que aumenten la eficiencia diagnóstica del sistema, disminuyendo el
tiempo de respuesta a cada demanda de salud, manteniendo bajos los costos.
Algunos
sostienen que los bioquímicos somos disipadores de sospechas médicas. Pero para no sospechar y tener certezas,
es necesario estudiar continuamente, observar, proyectar, e invertir
permanentemente en tecnología. Es muy poco probable que aumenten
significativamente en los próximos años los presupuestos para el área salud,
dado que siempre estamos inmersos en la coyuntura y no en el mediano o largo
plazo. El infinito es un concepto matemático y en la vida real no hay nada
infinito. Los recursos económicos son siempre finitos, de manera tal, que
deberemos ser creativos para hacer visibles nuestras demandas, buscar
interlocutores válidos, que nos permitan avanzar y no estancarnos.
El gran motor de cualquier
cambio, es la incorporación de tecnología utilizada con racionalidad,
gestionada por profesionales y administrada con transparencia. Es un proceso
temporal, acumulativo, dinámico y que aumenta la posibilidad de resolver
problemas concretos.
Hace varios años que el
directorio, la comisión fiscalizadora y todos los colaboradores, venimos
haciendo más eficiente el gasto y las inversiones, para adaptarnos a los
tiempos actuales, pero hay cuestiones de fondo que sólo se pueden cambiar
modificando la ley de creación de nuestra Caja. En este año, se terminará de
redactar una propuesta para elevarla a la Legislatura. Los aspectos relevantes
y que requirieron mayor tiempo de debate fueron: establecer las nuevas escalas
de acuerdo a los grupos etarios, los años de aporte y el envejecimiento
poblacional, entre otros.
Martin Lee Minsky fue un
catedrático del Instituto de Tecnología de Massachusett, considerado como uno
de los padres de la inteligencia artificial. Alguna vez se formuló esta
pregunta:
¿Cuál es el truco mágico
que nos hace inteligentes?
El truco es que no hay
truco. El poder de la inteligencia emana de nuestra vasta diversidad, no de un
único y perfecto principio.
Muchas gracias. Queda formalmente
abierta la asamblea ordinaria.
Las nuevas autoridades
La composición del nuevo
Directorio de la Caja de Previsión Social para Bioquímicos de la Provincia de
Buenos Aires es la siguiente:
DIRECTORIO
PRESIDENTE: Dr. Mario
Héctor DICROCE
SECRETARIO: Dr. José
Alberto VIEGAS CAETANO
TESORERO: Dra. Silvia Marcela BALCONI
DIRECTORES SUPLENTES
1º Dr.
Eduardo José VERNA
2º Dra.
Natalia CÉSARI
3º Dr.
Aníbal Eduardo PEPE
COMISIÓN FISCALIZADORA
MIEMBROS TITULARES
Dr.
Vicente Antonio MANTOANI
Dra.
Liliana Rosa CRUZ
Dra.
María Aurora CIARMELA
MIEMBROS SUPLENTES
1º Dr.
Alejandro A. C. LÓPEZ ROMERO
2º Dr.
Gustavo Alfredo OILLATAGUERRE
3º Dr.
Roberto César RAFFAELLI